Por Juan Tomás Valenzuela
La casa de Alí Babá
y los cuarenta ladrones,
le sobran las condiciones
para el nombre del Pachá,
Alofoque, Ala Hazá,
Romeo Santo, el de Aventura,
el mío, el de Manuel Pura,
de Quirino, o de cualquiera,
más, de ninguna manera,
será el de Johnny Ventura.
Pueden nombrar esa vaina
“La Casa de Alejandrína”,
la de la infanta Cristina,
o el exalcalde de Haina,
el nombre de las polainas
que usaba Mandrake el mago,
el de una puta prepago
de las de torre Caney,
pero… ¿el negro del batey?
Que no me den ese trago.
Le pueden poner el nombre
de Don Arturo del Tiempo,
y se evitan contratiempos
con este bizcocho de hombre.
No creo que nadie se asombre
si a la casa del Tostado,
le ponen el de Conrado,
o el de doña Nalgarita,
de Vickiana, “la maidita”
o algún otro despistado.
Pero ponerle a esa cueva
el nombre de Juan de Dios,
quien prestigió con su voz
a este ritmo que se eleva,
es un error de esa gleba
que pulula en el partido,
que sólo busca hacer ruido
ligando a estos delincuentes,
con la figura imponente
de este cantor bendecido.
Juan de los Palotes
7 agosto 2021